Capitulo 79. Enamorada del norte.

Tengo una extraña relación amor/ odio con la ciudad mentirosa. Barcelona, no está mal. Es bonita y poco práctica para mi gusto. Eso si creada por y para los turistas. Ellos tienen las mil y una comodidades. 

Me ha salido un trabajo en Oslo y otro en Rauma ( Finalandia). Estoy enamorada del norte. No puedo evitarlo, cuando estoy allí..quiero estar aqui...pero ahora que estoy aquí...me muero de ganas por volver al techo del mundo. Al lugar donde siempre hay tiempo para todo. Donde todo, cualquier cosa que podamos desear.. es alcanzable. 

Me muero de ganas por volver a vivir la magia del norte. Y quedarme. 

Capitulo 78. La historia de mi vida.

Me apetece contar algo diferente. Saber que cuando tenga 70 años, si algún día tengo nietos contarles  que una vez en Londres estuve en la rave más grande que mis ojos ha visto jamás, que en  Noruega conducí una pickup en un lago helado, que en Ibiza me fuí con unos desconocidos de crucero en su velero por las cristalinas aguas del Mediterraneo, de punta a punta de la isla, que en Buenos Aires estuve en un concierto en la Plaza de Mayo, que de Barcelona, lo que más lo que más me gusta...es el mar, que en Berlín conocí a tres argentinos que viajaban con un pato llamado Patricio, que en Holanda me encantaba mirar por la ventanilla del coche y contemplar los molinos de viento, que en Munich estuvimos jugando un partido de fútbol debajo de un puente durante una tormenta. Me encantaría contarles que he vivido con un mexicano, con un finlandés, con dos franceses, con una dominicana, con noruegos, argentinos....he compartido un montón de momentos con gente increible y espero continuar haciendolo. 

Soy consciente de que nunca he tenido un trabajo importante, relevante, interesante, motivador... también soy muy consciente de que nunca tengo ni un puto  duro. Pero no me importa, la mayoría de las veces encuentro cualquier cosa para ir tirando. Supongo que para mucha gente el ir tirando sabe a poco...a mi.. no me importa, lo único que quiero es ver el mundo. Y poder recordar dentro de muchos, muchos años esté donde esté todos los momentos compartidos, todos los lugares visitados y todo aquello que me movió en su día en busca de mi felicidad. 

Capitulo 77. Casa

Me acuerdo que cuando estaba en Noruega los primeros días después de haber vuelto de casa las pasaba putas. Esta vez me está durando mucho más de lo normal.  Añoro hasta al vecino dando por culo con la guitarra. 

Creo que puede ser de tener tanto tiempo libre, en Oslo era diferente... tenia amigos, entraba, salía y me mantenía todo el día ocupada con cualquier cosa. En la universidad, en la literaturhuset,  en el museo de arte moderno... aquí parece que el tiempo se haya parado, en mi contra. 

Es como subir al pueblo en el que vive mi abuelo. Solo tiene una atracción: la calle de la Bola. Y cada día es lo mismo, calle de la Bola arriba y calle de la Bola abajo. Aqui aunque estoy muy cerca de Amsterdam parece que siempre es lo mismo. 

Necesito trabajar. Ya. Hacer algun deporte y encontrarle atractivos a la capital del norte de Holanda. 

Mi amiga M siempre decia que el curro ideal era el de cartera. Lo he encontrado. La mala noticia es que necesito una bici para trabajar. 

1. No tengo bici. 

2. Me da pánico subirme a una bici en este país. 

3. A joderse. Es lo que hay por el momento. 

Si..le voy encontrando cosas positivas a esto. 

Capitulo 76. Haarlem.

Llevamos un par de días con una humedad infame. Ya me había olvidado de que mi pelo se riza cuando salgo a la calle. Me supera. Odio que el pelo se me rize, crispe y no se mantenga en su lugar. Por si fuera poco ya tenemos aquí la llovizna tan desagradable...que no es lluvia a tope, pero tampoco cesa en todo el día, es simplemente desagradable. Te va empapando sin darte cuenta.

A parte de eso...creo que me puedo acostumbrar. Haarlem es un pueblo, ciudad de tamaño pequeño, muy agradable y muy limpio. No hay edificios muy altos, la mayoria de ellos son todo casitas, como las de esta calle. Y hay muchos ciclistas estresados, tocan el timbre de su bici por todo. De repente vas andando tranquilamente y no sabes de donde te salen 300 bicicletas. Y todos estresados.

Los horarios son como los de Stavanger, mas o menos. Todo cierra a las 17:30h, menos el supermercado, está hasta las 21:00.. en Noruega era hasta las 22:00 incluso las 23:00 dependiendo de la cadena.. Es un poco estresante, muchos días me da la sensación de que no tengo tiempo a hacer nada... por lo menos en Oslo el centro abría hasta las 19:00h y ya me parecía un alivio..
Ponen un mercadillo los lunes y los domingos al lado de casa,  en la Grote Markt, la plaza mayor.. pero todavía no he encontrado ningún mercadillo de estos que me gustan a mi con vinilos, muebles viejos y este tipo de m***** que nunca se ultiliza para nada pero que me gusta ver.

Alguno tiene que existir. Es Holanda! 

Capitulo 75. Las casas viejas.

Crecí en un pueblo de interior. Pero desde que me fuí a vivir a Barcelona... nunca dejé de estar en contacto con el mar. En verano, otoño, invierno o primavera.

El mar. Con su suave ronroneo de las olas, que te cuentan secretos. La brisa marina, con ese aroma que te hace pensar que vives en un verano constante. La arena, diminutos granitos de arena dorados que hacen las delicias de los juegos de los más pequeños y los perros! Las cometas, los grupos de amigos tocando los timbales, dos amigas hablando de sus ultimas adquisiciones, los que se resisten a volver a casa después de una larga noche.. Las casas viejas. Donde las horas pasan y pasan y pasan... dejando la mente volar. Libre. Imaginandote en lugares inauditos. Lejos.
Y lejos estoy ahora de las casas viejas. Tal y como lo había imaginado. Lejos. Sin un rumbo concreto en mi vida.

Vivo rodeada de agua y aún y así desde que estoy aquí todavía no he visto el mar. Todavía no se donde está la playa. Me paso el día contamplando aburridos canales.. en los que nunca cambia nada.. A mí, me gusta el Mediterraneo.

Capitulo 74. En Holanda. Cambio.

Después del break de Navidad, empiezo el año en Haarlem. He necesitado un año en el norte para encontrar mi sur. 

No se cómo me siento en cuánto a este cambio. Creo que es demasiado pronto. No he tenido tiempo de mucho.

Estoy viva. Harta de polvo, pero por lo menos viva. 

Continuamos informamos desde el país de los tulipanes, donde el cielo se mantiene encapotado.

Capitulo 73. Fin de la segunda parte.

La mayoría de las veces no podemos decidir con quien o que se entrelazan nuestras vidas.  Hay cosas que simplemente pasan, personas que aparecen en nuestras vidas y decidimos que queremos que permanezcan en ellas. Decisiones que nos pertenecen. Momentos que serán nuestros para siempre. Y que nos quiten lo bailao' !! 


Mi aventura nórdica termina aquí. Un año más tarde. Pasé de vivir en una gran urbe como es Barcelona con 1.200.00 habitantes a un pequeño farmland en el que solo vivían 70 personas. Me conocían todos, dejé de ser anónima. De disfrutar de una buena peli en la filmoteca a sufrir congelación en una mano mientras hacía el cabra en la cima de una montaña con una moto de nieve, a -23ºC. De largos desayunos en la plaza de la Virreina a infinitas noches que no dejaban paso al amanecer hasta altas horas de la mañana. De estar siempre rodeada de gente a encontrarme en las entrañas de mis pensamientos. De decir que sí a todo a aprender o decidir que es lo que realmente quiero mantener y lo que no en mi vida. A apreciar las cosas realmente importantes. A disfrutar de un día de sol. A terminar todo aquello que empecé. 


Empecé mi año aquí, en Noruega, después de rellenar mi cuaderno con garabatos durante 12 meses estoy lista para irme. Para emprender algo nuevo, diferente, especial.
Una vez más se que no va a ser fácil, he elegido el nivel experto, o algo así y puede que me tire de cabeza a una piscina completamente vacía. Puede. Pero creo, estoy convencida, de que la piscina tiene agua, si no hasta arriba por la mitad. Tengo, vamos, a terminar de llenarla y a hacer de esto el viaje de nuestras vidas. 








Así que muy apenada me despido de este país que tan bien me ha tratado este año. En el que tantas cosas he vivido y he aprendido y en el que tan loca me he vuelto en verano cuando sólo tenía 1 hora de casi oscuridad. Voy a echar de menos la burbuja del norte. Ahora, ya puedo volver al sur.