domingo, 2 de octubre de 2011

Capitulo 63. Kjempeflott!!

Todo el mundo sabe, repito TODO el mundo sabe que las únicas alturas que me gustan son las de los tacones de mis zapatos. Pero... ya que estoy en Noruega.. no me voy a perder las maravillas naturales de este país, que no son pocas. 


Ayer estuve en Kjerag. Si Preikestolen os pareció increíble esto es.. algo fuera de serie, una piedra encajada entre dos paredes de roca a poco más de unos 1000 metros sobre el nivel del mar. Kjempeflott!  
El viaje hasta Lysebotn es bastante largo y pesado, entre semana hay un bote / ferry que cruza todo el Lysefjord hasta el pueblo ( por decir algo) y subir es un momento, pero los fines de semana solo se puede ir por la parte de Sirdal. Que solo está abierta en esta temporada, el resto del año, la carretera está cerrada por la nieve. Aunque..tampoco hay mucha cosa, cabañas y lagos. Y no me imagino yo a mucha gente subiendo en invierno a Kjerag. 


Llegamos abajo y yo estaba super contenta, después de diez meses por fin iba a subir. Eran las 13:30 de un soleado y caluroso sábado. La cosa cambió solo media hora después, creo que ha sido de las peores subidas que he echo en mi vida. Y encima por placer.  J, inmediatamente se dió cuenta de que iba a aprender un montón de "new spanish words". 


Para variar yo me estaba quejando y a J no se le ocurrió nada mejor que decir : " la vuelta va a ser muy divertida, ya lo verás" en ese momento una pareja estaba de vuelta, ella se paró y me dijo, textualmente: " no le hagas caso, es mentira, la vuelta es mucho peor, y todavía te quedan dos horas..." .  Si, el infierno existe. Y yo lo he visitado. Aunque supongo que es mucho más divertido visitar el infierno que no el cielo, en el que nunca pasa nada. J me propuso más de una vez darnos media vuelta, pero era una posibilidad que no entraba en mis planes, rendirme? yo? Ni al parchís. 


Después de un refrescante, fresco, agradable, calmante baño en un lago con unas vistas.. por las que más de uno mataría.. en medio de un valle, el agua era completamente transparente y fresca, baño que me cargó las pilas a mitad del camino para poder continuar en aquel infierno. Parece que funcionó. Llegué. Hasta arriba. Como una campeona. 



Esa roca que cuelga entre las dos paredes es Kjerag. Acojona. De una manera que no os podéis ni hacer a la idea si no estáis ahí. Y sobre todas las cosas, lo que más acojona es pensar quién estaba tan loco como para andar por ahí arriba, por la cima de las montañas al final de todo el Lysefjord y encontrarla.  




Es una pena que no podáis disfrutar de esto en directo. Es uno de las "cosas" naturales más kjempeflott que he visto en la vida. Podría utilizar todas las palabras del mundo y aún y así no servirían para que os hicieseis una mínima idea. 


El camino de vuelta fué un drama total. Creía que iba a morir, de echo solté en varias ocasiones eso de " I'm gonna die here" . Lloré,  me caí y dije más de 15 veces que no podía seguir. Pero pasadas las 19:00h estaba en el parking, Casi seis horas después. 
Creo que es todo un reto llegar hasta ahí arriba. Lo es para gente sana y para mí este tipo de cosas son el triple de difíciles. No tengo el mismo equilibro, la misma flexibilidad y por supuesto muchísima menos seguridad en mis movimientos. Así que necesito que todo sea más lento y más seguro que el resto de la gente. Fué un infierno pero la vida es una historia de superación, personal. Y yo me estoy preparando física y mentalmente para hacerme el Himalaya. 


Ahí queda eso. 

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