lunes, 16 de enero de 2012

Capitulo 75. Las casas viejas.

Crecí en un pueblo de interior. Pero desde que me fuí a vivir a Barcelona... nunca dejé de estar en contacto con el mar. En verano, otoño, invierno o primavera.

El mar. Con su suave ronroneo de las olas, que te cuentan secretos. La brisa marina, con ese aroma que te hace pensar que vives en un verano constante. La arena, diminutos granitos de arena dorados que hacen las delicias de los juegos de los más pequeños y los perros! Las cometas, los grupos de amigos tocando los timbales, dos amigas hablando de sus ultimas adquisiciones, los que se resisten a volver a casa después de una larga noche.. Las casas viejas. Donde las horas pasan y pasan y pasan... dejando la mente volar. Libre. Imaginandote en lugares inauditos. Lejos.
Y lejos estoy ahora de las casas viejas. Tal y como lo había imaginado. Lejos. Sin un rumbo concreto en mi vida.

Vivo rodeada de agua y aún y así desde que estoy aquí todavía no he visto el mar. Todavía no se donde está la playa. Me paso el día contamplando aburridos canales.. en los que nunca cambia nada.. A mí, me gusta el Mediterraneo.

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