lunes, 9 de abril de 2012

Capitulo 90. Anoche.

Pasaron tantas cosas que no tengo muy claro por donde empezar. Así que lo haré por la parte del despertar, un día más y a estas alturas, todo está cubierto por un impecable manto blanco, me he despertado escuchando las canciones del nuevo disco de mi amigo K, de Oslo. Me sentí muy privilegiada, cuando me dejó escuchar " Indian on the run" me dijo, tiene dos días, es mi como un recién nacido. 


La semana santa ha pasado un poco desapercibida este año, y como viene siendo ya una costumbre, en mi vida. Nada loco ha ocurrido esta vez. Solo sensaciones muy profundas las cuales creo que son un poco dificiles de entender si no se está aquí. 




Anoche estuve en un concierto, es el segundo, ya que la semana pasada estuve con los chicos en un pequeño café del centro en el que tocaban algunas bandas, aunque era mucho más diferrente, allí nos encontrabamos en un acogedor lugar, cual salón de casa, en un ambiente muy relajado. Ayer también lo era, de relajado, pero era más tipo sala de concierto.  En la parte de abajo, el edificio era un bar. Lo primero que me descolocó es que automaticamente en cuanto entras tienes que dejar toda la ropa de abrigo en el guardarropa, que es el mismo sitio en el que pagas la entrada, así que no hay escapatoria. 
La segunda cosa fueron los fumadores. En ambos pisos del local, o en ambas salas había una gran sala para ellos, hacía mucho tiempo que no veia algo así, ya que la última vez que estuve en un local en Barcelona ( concretamente en Sidecar) estaba completamente prohibido fumar arriba y abajo, por no hablar de las normas noruegas, con las que poco más y te cortan la cabeza si las inflinges. De modo que los clientes no tienen necesidad de salir a fumar en invierno a -30ºC. 
Lo siguiente a esto fué el karaoke. Muerta me quedé cuando un chico con una melena dorada y larga abrió la veda. Fué el primero de la noche, después de el ya no hubo pausa. Y cantaban solos, dentro de lo timidos que parecen... era como algo normalisimo, o iban borrachisimos, que también había algún caso. 


No era raro ver a hijos con sus padres. Personalmente para mí es completamente impensable salir de fiesta con mi madre. No te ofendas mamá, pero... sabes perfectamente que es completamente inviable. 


Beben hasta morir. No me gustaría estar en el lugar de sus higados. 


En un momento dado, me invadió una sensación muy extraña.  De repente me di cuenta de lo especial del lugar, de la gente uno por uno, detalle por detalle. De como un chico me miraba y no terminaba de saludarme, dos amigas con un look bastante moderno hablaban con una chica  que no se peinaba hacía tres días e iba en chandal, la pequeñez de una chica tatuada compartiendo risas con un chico con un look muy rockabilly, dos diminutas señoras mayores que avanzaron hasta el escenario para poder ver al cantante, la asociabilidad de muchos otros, una pareja que pese a las pocas muestras de cariño en publico desprendían tanto amor que casi estuve a punto de vomitar purpurina.. 


Tengo un año por delante para descubrir una cultura fantástica, muy entrañable y de la que aprender mucho. 

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