Después de un día agotador por fin me encuentro en mi nueva habitación. De mi nueva casa, de mi nueva vida y rodeada de los que de aquí en adelante y por un tiempo serán mi apoyo aquí.
Nunca había visto tanta nieve junta. Nunca. Ni tantas casitas de madera. Ni...esto es diferente a todo lo que había visto hasta el momento. Y he visto poco, ya que a las 15:35, en Oslo ha empezado a anochecer, precioso, por cierto. Para cuando he llegado a Stavanger, entre todo el lío de recoger las maletas, ir al ferry, y el camino hasta casa... bueno, cuando hemos llegadoaquí era de noche. Pero aquí es de noche de verdad. No os podéis llegar a imaginar como es el cielo, hay tantas, tantas estrellas y está tan despejado...y además como no hay una sola farola fuera de los cascos urbanos grandes (de los pequeños menos) pues todavía es más increíble.
Hoy solo he visto aeropuertos y estrellas, así que mañana, con la luz del día...continuo descubriendo.
La bienvenida no ha podido ser mejor. Increíble, me encuentro muy arropada y contenta. :)
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